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Cabezudos - El Rocío (El camino de Moguer II)

datos
Inicio:
Poblado forestal de Cabezudos
Fin:
El Rocío (Frente a la Ermita)
Distancia:
14,2 km
Tiempo (estimado a pie):
3 h.
Tipo de firme:
Pistas de tierra y carril de arena
DIFICULTAD
Severidad del medio natural:
1
Dificultad de orientarse en el itinerario:
1
Dificultad en el desplazamiento:
1
Esfuerzo:
2
Accesibilidad:
Cómo llegar:
A través de la ruta 2 (Moguer-Cabezudos), o de la ruta 4 (El Rocío-Hinojos). Al poblado forestal de Cabezudos se accede por carretera desde Almonte, o por pista desde Mazagón.
Recomendaciones/Buenas prácticas:
Respete los bienes y propiedades privadasDeposite la basura en contenedoresManténgase en los caminosNo se permite la captura de animalesNo se permite la recolección de plantasNo se permite encender fuegoNo se permite la acampada libreNo se permite circular en vehículo motorizados
Otras consideraciones:
La mayor parte del recorrido se realiza por las arenas del camino del Rocío, que pueden dificultar el tránsito en btt (se deberá bajar la presión de las ruedas para facilitar el agarre).
descripción

Esta ruta comienza en el poblado de Cabezudos y es, en la práctica, la segunda parte del camino de Moguer a El Rocío. Su transcurso nos llevará casi en su totalidad por la raya de arena por la que los romeros moguereños y de otras muchas localidades onubenses peregrinan cada año a la Ermita de El Rocío. Naturaleza, historia y devoción se aúnan en este trayecto por el que se adentra uno en Doñana, siguiendo el arroyo de La Rocina.

La ruta parte del poblado forestal de Cabezudos, uno de los asentamientos creados en los años cuarenta por el Patrimonio Forestal del Estado. Forma parte de un conjunto de núcleos (junto a Acebuche, Abalario, La Mediana, Bodegones,...) hoy abandonados, pero que en su época de apogeo (principios de los años cincuenta), llegaron a superar el millar de personas. Los jornaleros que aquí habitaban con sus familias, tenían la misión de repoblar todo este territorio conocido como “las arenas”. Las especies plantadas fueron pinos y eucaliptos, éstos últimos actualmente en fase de sustitución. El poblado de Cabezudos contaba con escuela, cantina y comercio, y existen propuestas para su reutilización como alojamientos turísticos rurales.

A escasa distancia de Cabezudos, la pista nos lleva hasta el portón de madera que da acceso al lugar de sesteo de Gato, una amplia zona con pinos y un aljibe en el que pernoctan varias de las hermandades del Rocío que por aquí transitan. Un cartel señalizador nos anuncia que entramos en la zona de protección del arroyo de la Rocina, que forma parte del espacio natural de Doñana. Durante todo el resto de la ruta, iremos por el arenoso camino del Rocío, el cual si vamos en BTT nos obligará en muchas ocasiones a cargarnos de paciencia y realizar trayectos a pie, ante la imposibilidad de pedalear por estos arenales.

Todo el tiempo vamos en paralelo al Arroyo de la Rocina y su bosque de ribera. Esta formación vegetal es de un extraordinario valor ecológico. En estos lugares, húmedos y abrigados, permanecen especies vegetales propias del clima subtropical que aquí existían en la era terciaria: enredaderas, helechos, lianas... Los árboles forman aquí un dosel verde que apenas permite la entrada de sol, sino más bien una clara penumbra permanente. Fresnos, sauces, madreselva, parras silvestres, eneas, álamos blancos,...  En este entorno el suelo es extraordinariamente rico en materia orgánica, y en algunas áreas se forman turberas, que albergan especies herbáceas de gran valor ecológico.

Todo este interesante ecosistema, al que nos asomamos desde el camino, acoge también a una gran comunidad de aves, como calamones, oropéndolas, carriceros, garcillas cangrejeras, o garzas imperiales. Tampoco será raro que oigamos el tamborileo del pico picapinos.

El misterio de las espesuras y umbrías de estos lugares ha impactado siempre en la imaginación de los habitantes de estos territorios, y de ello da muestra la leyenda que sitúa aquí precisamente el hallazgo de la imagen de la Virgen del Rocío por un cazador de Villamanrique, que alertado por el ladrido nervioso de sus perros, vino a dar con la imagen dentro de la mayor espesura de malezas y zarzas. Las primeras referencias históricas, en la edad media, se refieren a esta imagen como la Virgen de la Rocina.

El camino nos lleva a cruzar, por un vado, el arroyo Trebejil. Este lugar, después de nuestro transitar por las arenas, nos regala frescor, sombra y humedad. Es uno de los afluentes de la Rocina, en su tramo final. Nuestro camino continúa unos kilómetros más en paralelo a la Rocina mientras este se acerca a su final en El Rocío. Actualmente este cauce es uno de los principales aportes de agua de Doñana, a donde desemboca en el lugar llamado la Canaliega para formar la marisma del Rocío. Todo se conjuga para crear uno de los paisajes emblemáticos de Huelva y de Andalucía: la Ermita del Rocío frente a la marisma.

Nosotros accederemos a la aldea a través del puente que cruza la carretera, y de la calle llamada lógicamente “Camino de Moguer”. Llegados a este punto, no tendremos más objetivo que recorrer la aldea en dirección a la mundialmente conocida Ermita de El Rocío, que alberga la imagen de la Virgen más venerada en toda Andalucía, y más allá. Otros lugares de interés son la marisma del Rocío que ya hemos mencionado, o los acebuches centenarios declarados Monumento Natural, que se encuentran cerca de la propia ermita, en la plaza de los Acebuches.

 

Hitos de interés:
•    Poblado forestal abandonado de Cabezudos
•    Zona de sesteo de Gato
•    Camino de Moguer a El Rocío
•    Parque Natural de Doñana. Sendero señalizado del Parque.
•    Bosque de galería de La Rocina.
•    Aldea y Ermita de El Rocío.

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