La antigua planta de tratamiento del mineral de la “Río Tinto Company Limited” es uno de esos lugares donde disfrutar del contraste entre naturaleza e industria.
Aquí se inicia el famoso “Túnel dieciséis”. Sus cinco mil setecientos cincuenta metros de longitud son toda una obra de ingeniería de principios del siglo veinte.
Por sus entrañas, un vaivén de locomotoras transportaba a la planta de machaqueo el mineral extraído de la majestuosa Corta Atalaya.
Hoy, todo es silencio. La estación de tren se ha convertido en un improvisado cementerio de viejas e impresionantes locomotoras a vapor.
A poca distancia, en una ladera de la Sierra del Águila, sólo quedan restos de lo que fue el complejo industrial y civil de La Naya.
Su silueta lucha por no confundirse con el entorno desde que hace décadas fuera abandonada.
Zarandas es un recuerdo de lo que el hombre fue para la mina y la mina para el hombre.
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