Este bello pueblo de la sierra de Aracena y Picos de Aroche es atravesado por una Cañada Real, en torno a la cual se organiza su trazado urbano.
Su historia se refleja en el estilo de su caserío, construido predominantemente con piedra y usando grandes aleros.
El resultado son construcciones agrícolas de una sola planta con doblado y corral trasero.
Algunas de estas viviendas destacan, sobre todo en la calle Real, sobre las demás.
La cercanía de Portugal y Extremadura se hace patente, produciéndose una mezcolanza de estilos.
Así, las chimeneas de algunas de las casas nos pueden recordar a las típicas de tierras lusas.
Pese a ser el pueblo más pequeño de Andalucía, con apenas cincuenta habitantes, su patrimonio es digno de mención y su visita es una excusa para un paseo más que agradable.