Situada en pleno Parque Nacional de Doñana se encuentra El Rocío, hogar de la Blanca Paloma.
Sus calles de fina arena con casas en hileras blancas que llegan al horizonte son un remanso de paz, alivio del mundanal ruido.
Desde antiguo ha sido refugio de los almonteños: sus orígenes se remontan al siglo XIV, cuando se llamaba Santa María de las Rocinas…
Esta es su casa, la Ermita del Rocío, que como un terrón de azúcar, brillante, se alza junto a la marisma.
Desde entonces ha habido tres ermitas, siendo esta la última, de donde la Blanca Paloma salió la primera vez en mil novecientos sesenta y nueve.
Pero al Rocío hay que venir todo el año…
Pasear al sol, a caballo o a pie, disfrutar de su ambiente, de su clima apacible, del hermoso enclave en el que se ubica…
No hay otro lugar en el mundo como la Aldea de El Rocío… ¡Cada día más bonita!
http://hermandadmatrizrocio.org/