Desde el siglo XVI Paymogo fue una aduana importante para la Hacienda de la Monarquía española. Puestos los controles fiscales pronto se desarrolló un intenso contrabando en ambos sentidos con el vecino Portugal que se prolongó hasta fines del siglo XX.
Pese a la difícil orografía del terreno, las grandes pendientes y el caudal del Chanza, los contrabandistas -perseguidos por los guardias españoles y portugueses- arriesgaban su vida para traer un poco de café, tabaco, pan y otros productos que después eran vendidos en el pueblo o enviados a Sevilla, vía Valverde del Camino. Este comercio ilegal, fuente de ingresos complementarios para muchas familias en tiempos difíciles, se realizaba por la ruta que hoy nos ocupa y que recientemente ha sido recuperada por la administración local para el disfrute de senderistas.
Comienza en el nuevo puente internacional sobre el Chanza y sigue por la marguen izquierda de la Ribera cruzando puentes, miradores, merenderos... Se pueden hacer tres rutas de diferente intensidad, llamadas del Molino de la Cirujana, del Molino de Pablo y del Molino de la Laguna.