Casi 69 metros son los que mide este bello puente que une las dos orillas del Múrtigas, principal río de la zona, que ayuda a conseguir el esplendoroso verdor de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Construido entre los siglos quince y dieciséis, consta de cinco vanos con sus tajamares en forma de cabeza de carnero. Es esto lo que le da el nombre de “Puente de los Cabriles”.
Levantado para hacer más fluida la comunicación entre Encinasola y La Contienda, entonces constituyó una obra de ingeniería que afectó positivamente al desarrollo del entorno.
Aunque por él no pase ninguna gran carretera ni vía secundaria esto no significa que esté en desuso. Realmente es un puente muy transitado por senderistas y ciclistas que recorren algunas de las rutas turísticas de la zona.
Recomendamos disfrutar, sin prisas, dedicándolo su merecido tiempo, de las vistas del entorno y del pueblo de Encinasola.