La presa del Andévalo es una vieja reivindicación de la comarca. El aumento de la demanda debido al mayor número de habitantes, a la industria y a la agricultura ponía en apuros la antigua capacidad de la cuenca.
Su construcción supuso ingentes inversiones en la zona que iban más allá de la mera presa, pues hubo que mejorar las comunicaciones de los pueblos que se vieron afectados.
Situada la mayoría en la Puebla de Guzmán, surgió por la necesidad de incrementar los recursos hídricos de la provincia de Huelva. Esto se consiguió pues se estima que, nada más entrar en funcionamiento, aumentó la capacidad de la cuenca en más de cuarenta por ciento.
Recoge aguas de los ríos Malagón, Cobica y Viguera regulando la presa del Chanza, la mayor de la provincia hasta la inauguración de la que ahora nos ocupa.
Esta presa, con 600 hm3, hecha de materiales sueltos e impermeabilizada mediante un núcleo de arcilla, es la tercera más grande de Andalucía, solamente superada por el embalse de Iznajar de Córdoba, con 981, y el de Guadalcacín de Cádiz, con 800.
Todo esto la convierte en un recurso evidente de atracción turística en la comarca, para lo que se ha solicitado su declaración de navegabilidad con el fin poder realizar en ella actividades náuticas. Además, para darle mayor atractivo y como paso de animales se ha dejado una isla que separa este embalse de el del Chanza.
Este es un lugar privilegiado, de enorme belleza, para contemplar la berrea y las luchas de venados en otoño.