Considerado como el coso más antiguo de españa, a tenor de los archivos históricos conservados, la Plaza de Toros de Campofrío se muestra tan zalamera como hace casi trescientos años.
Fue la Cofradía de Santiago Apóstol quien promovió su construcción en 1717 para practicar la lidia de toros, tan enraizada en la localidad.
Su forma regular, su eje perfecto, el pequeño cuerpo de plataformas y el corral anexo le otorgan esa genuina imagen dieciochesca.
Sólo un palco con balconcillo sobre la puerta principal interrumpe la grada para disponer la presidencia.
Hubo otras antes pero no de mampostería, por lo que se perdieron con el tiempo.
No en vano, esta perdurabilidad y limpieza de formas, le hicieron merecedora de su declaración como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía.
Coqueto templo del arte taurino al que el compositor Rafael Prado dedicó su pasodoble “Campofrío”.
En su interior, durante los festejos patronales del mes de julio, mil quinientas gargantas gritan “olés” con cada pase de muleta.