Hace ya mucho que estos pueblos fueron repoblados, tras la expulsión de los musulmanes, por gallegos y leoneses. De esto saben bastante los lingüistas, pues hasta la manera de hablar en esta comarca es distinta.
Pero esta peculiaridad histórica ha dejado algo más: el paisaje cultural “Banda gallega”.
Su condición fronteriza hizo que el rey Sancho IV “El Bravo” decidiera proteger la ciudad de Sevilla con un cinturón defensivo.
Castillos, fortalezas y torres construidas sobre otras más antiguas o levantadas ex profeso.
Almonaster, Aracena, Cortegana, Cumbres Mayores, Cala, Santa Olalla de Cala, Aroche, Zufre, Cumbres de San Bartolomé, Encinasola... defendieron con valor su reino de las incursiones de los portugueses, deseosos de ampliar sus fronteras más allá de “La Raya”.
Ahora tantos siglos después, las imponentes edificaciones de la Banda Gallega se alzan orgullosas de su pasado. Desde altos cerros dan la bienvenida a todo el que quiera visitarlos.