El Cerro Colorado, de historia más reciente, es también un lugar simbólico para la historia minera de Riotino, tanto por su importancia histórica como socioeconómica.
Esta mina a cielo abierto, de dimensiones más modestas, nada tiene que envidiar en cuanto a belleza se refiere a la famosa corta Atalaya.
Desde el mirador, pueden apreciarse las espectaculares vistas de la corta realizada sobre esta montera roja, fértil en oro, plata, cobre o calcitas.
Las huellas concéntricas que dejan los anillos y alguna maquinaria dispersa nos ayudan a hacernos una idea de la magnitud de un lugar al que es imposible mirar sin cierta melancolía.
Explotada desde mil novecientos sesenta y ocho por la compañía española “Río Tinto Patiño”, sus bancales se quedaron desiertos en el año dos mil uno, cuando interrumpió su actividad.
La incesante actividad humana se tornó en silencio y el cerro en un lugar privilegiado donde el agua podía reposar.