A finales del siglo XIX y principios del XX se produjo un inusitado crecimiento demográfico y una auténtica explosión urbana en la cuenca minera como consecuencia de la industrialización de la actividad minera tras la llegada de los consorcios extranjeros.
La población de Zalamea llegó a triplicarse en pocas décadas, lo que hizo evidente la necesidad de dotarla de infraestructuras urbanas acordes con las nuevas características socioeconómicas de la localidad. Y un mercado de abasto era de vital importancia.
Tras dos proyectos fracasados, en 1902 se aprueba la construcción del Mercado de Abasto de Zalamea en la antigua Calle Albareda (Actual Calle Fuentes). Dos años después concluyeron las obras, siendo inaugurado en 1904.
Al igual que una gran parte de los edificios de la provincia, su estilo está influenciado por la arquitectura colonialista inglesa. La combinación del ladrillo visto, el acero y el vidrio dotaron al edificio del aspecto modernista que aún mantiene.
Esta infraestructura urbana se convirtió al cabo de poco tiempo en el centro neurálgico de la localidad, donde sus bulliciosos puestos ofrecían todo tipos de productos con los que cubrir las demandas de los zalameños.