El Mercado de Abasto es una clara muestra arquitectónica de la creciente necesidad de servicios públicos que requirió una población cuyo crecimiento económico y demográfico no dejaba de crecer como consecuencia de la floreciente explotación minera. Nerva pasó de los 6000 habitantes que tenía en el año de su fundación a los 17000 que albergó durante la década de los años 30.
Construido en 1909 con la colaboración de la “Compañía de Minas de Río Tinto”, tal y como reza en la placa conmemorativa de sendas entradas principales, aún conserva los trazos de su singularidad arquitectónica. Su decoración exterior almenada le imprimía aspecto de fortaleza. Ya en el interior, gozaba de un cerramiento en trabajado en madera y teja plana, hoy sustituido por una cubierta metálica de tonos rojizos.
Fruta, verdura, carne, pecado o productos de ultramar podían encontrarse sin problema en los puestos que lo abarrotaban. Caminando por su interior es fácil imaginarse que, a los pocos años, se convirtiera en el verdadero corazón de la localidad, donde la gente y el comercio bullían entre las conversaciones de los que allí acudían a lo largo de la mañana.
Pese a que esos tiempos quedaron atrás, los mercados de abasto siguen siendo ese lugar donde hacerte una idea de la identidad de un pueblo.