La Canoa

Cuando Punta Umbría dejó de ser solamente un poblado marinero para ser el lugar de descanso de los ingleses se hizo necesario, cada vez más, establecer medios transportes regulares.

Fue entonces cuando la ría de Huelva se llenó con estelas de hermosos barcos cuyos nombres tanto evocan a la memoria de los puntaumbrieños.

Pocos se acordarán del vapor Isla Saltés, que vino desde Londres en 1910. Pero muchos aún sonríen al oír nombres como Chimbito, Dolores, Amalia, Juanito, Rápido, Trini, Ángela Marisa o Belleza de Alicante…

Pero no son todos, pues el tráfico y la demanda fueron enormes hasta que en 1964 fue inaugurada la carretera Huelva-Punta Umbría.

Poco a poco el negocio se fue complicando y muchos de estos barcos, realmente bonitos, fueron desapareciendo condenados al desguace.

El empeño, primero del empresario Pascasio y después de Varela, por mantener vivo el legado de su pueblo, aún en contra de la rentabilidad que se le supone a cualquier negocio, hizo que las canoas tradicionales surcaran la ría, milagrosamente casi, hasta finales del siglo pasado.

Ahora, gracias a nuevos empresarios y al esfuerzo del ayuntamiento se recupera este servicio, no con poco mérito, para disfrute de las nuevas generaciones y de los que conocieron el antiguo.