Se piensa que la iglesia parroquial de La Nava, llamada de Santa María de Gracia, pudo haber sido una sinagoga judía que, tras haberse quemado intencionadamente todas las casas colindantes, por ser de vecinos no cristianos, se aprovechó como iglesia. Esta teoría viene reforzada por el hecho de que muchos de ellos, analfabetos, firmaban en los documentos y libros oficiales, que aún se conservan, con la Estrella de David.
Lo cierto es que esta humilde construcción, levantada a las afueras del casco urbano con una sola nave con bóveda de cañón de poca altura, delata la pobreza de los primeros pobladores que habitaron la localidad.
Quizás lo más destacable sea su espadaña del siglo XVI, similar a la de los campanarios de Castilla y León, de donde provenían los repobladores.
Ya en el interior encontramos un altar policromado con la imagen de Nuestra Señora de Gracia, tallada en madera en el mismo siglo que la espadaña. También merece especial atención un Cristo del siglo XV, trasladado aquí desde su emplazamiento original: el Humilladero de los Caminantes.
Posteriores reformas han variado, levemente, el aspecto del templo. En 1678 se añadió la capilla para la pila bautismal y en 1941 se amplió la entrada y se construyeron dos habitaciones para la vivienda de la campanera.