El arquitecto racionalista Pérez Carasa fue el encargado de diseñar la nueva iglesia de Rociana, llamada de San Bartolomé, al quedar la anterior destruida por la Guerra Civil Española.
Este hecho no es inusual, pues igual suerte corrió la iglesia parroquial de San Vicente en Villarrasa.
Levantada en estilo neobarroco entre mil novecientos treinta y seis y mil novecientos cincuenta y ocho, sus proporciones son mucho mayores que las de la antigua, de estilo mudéjar.
Pérez Carasa, cuya obra apenas cuenta con edificios religiosos, se basó en las enseñanzas de Maestro Mayor del Arzobispado de Sevilla Pedro de Silva, encargado de reconstruir los templos de Andalucía occidental después del fatídico terremoto de Lisboa del siglo dieciocho.
Como él, diseñó una iglesia de planta basilical con tres naves, la del centro más ancha y alta, que forman una cruz latina. Su fachada se ve adornada por ladrillos y enfoscado.
Al contemplarla recuerda precisamente a la iglesia de La Palma del Condado, obra del ya citado Pedro de Silva.
Esta elección del arquitecto, autor también del barrio obrero “Reina Victoria” o la iglesia de la Milagrosa de Huelva capital, hizo que Rociana pudiese contar con una iglesia de acertado aspecto que no desentonase en nada con la de los pueblos vecinos.