Como tantos y tantos ejemplos desgraciados de Andalucía occidental, la iglesia de San Bartolomé quedó prácticamente destruida durante el terremoto de Lisboa de mil setecientos cincuenta y cinco.
Pero no todo estaba perdido. Por suerte el Arzobispado de Sevilla contaba con un Maestro Mayor de gran talento: Pedro de Silva.
Construyó esta iglesia barroca sobre los restos mudéjares del anterior templo. Aún se conservan elementos de este como la Puerta del Perdón.
Trágicamente en mil novecientos treinta y cuatro un incendio la destruyó de nuevo, por lo que tuvo que volver a levantarse como la vemos actualmente.
Destaca la bella torre situada en un lugar un tanto extraño, totalmente centrada en la fachada principal bajo la que se abre la puerta principal con arcos ojivales.
Su interior alberga la talla del patrón del pueblo, San Bartolomé, así como obras de imaginería gótica del siglo dieciséis y otras tallas posteriores pero de artistas reconocidos como Castillo Lastrucci.
Recomendamos su visita durante la Semana Santa, una de las más antiguas de la comarca, cuando se producen en este templo salidas de pasos procesionales de enorme emotividad.