Singular es esta iglesia de entre todas las que se alzan en la comarca. Coqueta y presumida, se deja ver desde lejos en lo alto de la montaña.
Las tres naves, el coro, el ábside y el presbiterio… toda ella, ha sido testigo del devenir de Aracena, pues es el templo más antiguo del pueblo.
La Iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor de Aracena empezó a construirse posiblemente en el siglo trece, como revelan el presbiterio y los primeros tramos de las naves, de factura más tosca. En el siglo quince se avanzó bastante, bajo la influencia de la catedral de Sevilla.
Caprichosa e indecisa aúna los estilos barroco y gótico tardío con el mudéjar de la torre. Dicen los entendidos que emula a la Giralda, pero con mayor humildad.
La puerta Real y la de las Mercedes, decoradas en gótico flamígero, dan paso a un interior donde podemos destacar retablos, pinturas, imágenes y, sobre todo, la reja neorrenacentista, el retablo mayor y el sepulcro de prior Pedro Vázquez.