Algunos monumentos son los mejores narradores de la historia de los pueblos. Observando las pequeñas pistas que nos proporcionan podemos imaginar tiempos pasados.
Así, gracias a esta iglesia de Nuestra Señora de la Asunción sabemos quiénes fueron los habitantes de Santa Olalla de Cala durante cientos de años. Por uno de los muros excavados en la roca conocemos que fue una sinagoga judía en los siglos IX y X. Antes de la reconquista sería mezquita. Y finalmente, con la repoblación de la comarca por leoneses y gallegos, se construyó la actual iglesia.
Levantada en el siglo XIV, se trata de un templo de una sola nave con dos portadas, una mudéjar con arco de herradura, llamada de la Epístola, y otra de gótica, más antigua, llamada de los pies.
Pero no ha llegado intacta hasta nuestros días: la base circular de la primitiva torre, que aún se puede ver, indica que fue derruida para construir las capillas. En su lugar se dispuso, en el siglo XVIII, una espadaña barroca.
Puestos a reunir estilos, el románico se hace patente en tres ventanas troneras, de todas las que tiene el conjunto.
Guarda celosamente algunos tesoros como el retablo mayor de la Virgen de la Antigua del siglo XVI, el relieve de la Anunciación de 1598, una virgen de la Soledad del XVII y una virgen del Rosario del XVIII.