Situada detrás de la plaza del Álamo, luce orgullosa desde cualquier punto de la localidad y sus alrededores. Fue declarada Monumento en el año 2008 y es una de las principales señas de identidad del pueblo.
Se trata del mayor templo de la localidad, con planta de cruz latina. Algunos estudiosos responsabilizan de su construcción a la iniciativa del humanista Benito Arias Montano. Siguiendo las normas puristas de los tracistas de la Compañía de Jesús, fue comenzado en la segunda mitad del XVI.
Pero, como otros lugares serranos, es poseedor de curiosidades insospechadas por el visitante. Por ejemplo, dentro se encuentra el mayor órgano de toda la provincia, fechado en el año 1751 y obra de Francisco Ortíguez, el mismo maestro que hizo el de la catedral de Sevilla.
Al templo se accede por la portada principal que precede al cancel sobre el que se sitúa el coro de madera y el órgano. Su única torre con campanario, obra de Alonso Yañez Romero, ha presenciado la evolución de Castaño del Robledo desde 1696.
Una curiosidad: tanto el órgano como la escalinata de acceso se acometieron gracias a la herencia de Antonio Suárez de Franca, hidalgo portugués cuya lápida se puede ver en lado derecho del crucero.