PatrimonioEn lo más alto de este pueblo se encuentra la iglesia de San Andrés, desde la que se contempla la frontera portuguesa.
La barrera que supone la sierra en la que se sitúa, así como el aislamiento con respecto al resto de la provincia, ha hecho que Encinasola mantuviese fuertes lazos con Extremadura y Portugal.
Pero no se engañe el viajero, las raíces andaluzas quedan patentes en el legado cultural de esta localidad coqueta. El mejor ejemplo es la iglesia que nos ocupa.
En el centro de un caserío dispuesto en forma radial, su planta de salón se alzó en el siglo XVI soportada por gruesos muros que delatan su carácter defensivo. En su construcción participaron Diego de Riaño; arquitecto de la primera fase de estilo gótico, Martín de Gainza; quien construyó casi todo el templo, y Hernán Ruiz II; que le dio los últimos retoques. Prueba de ello es la inscripción en la portada sur que demuestra que el edificio estaba prácticamente acabado once años antes de la llegada de Ruíz.
La cabecera, de estilo gótico, es claramente diferente al resto del edificio. La sala central, de estilo Renacentista, sigue las proporciones de la “sección aurea” con diecinueve metros de largo, doce de ancho y diez de alto.
Su torre, que sustituyó a la primitiva espadaña tras el terremoto de Lisboa, tiene la particularidad de poseer aberturas desde las que se defendió la localidad durante la Guerra de la Independencia contra los franceses.
