La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, levantada en el siglo XVI, funde sus orígenes a los del propio pueblo.
En ella podemos ver elementos mudéjares, renacentistas, barrocos y neoclásicos. En su construcción participaron arquitectos como Pedro de Silva, Joaquín de Herrera, Manuel Nicolás Vázquez, Ambrosio de Figueroa y Santiago de Llosa.
La planta es rectangular y tiene tres naves y un crucero separados por columnas de orden toscano. La nave central y este último presentan mayor altura que el resto, resultando un edificio de una talla soberbia en su entorno.
En la cabecera de la nave principal se sitúa el altar mayor y en los pies el coro alto, siguiendo la estructura más habitual en muchas iglesias de la zona
De especial interés es la cubierta de madera mudéjar, siendo difícil ver otra con similar belleza en toda la provincia de Huelva. Otras soluciones encontradas son las bóvedas encamonadas, de cañón, vaídas y de aristas usadas en la nave central, capillas, presbiterio o el crucero. Esta variedad a la hora de buscar soluciones arquitectónicas le confiere gran originalidad y belleza al templo.
De hermosa factura son las pinturas murales del siglo XIX que se pueden ver en las paredes del crucero, así como los lienzos “Triunfo de la Inmaculada” y Triunfo de la Eucaristía”, del XVIII y en estilo rococó.
Por culpa de la Guerra Civil, durante la cual se quemaron sus doce retablos con todas sus obras de arte, la iglesia carece de casi todo su patrimonio original.