A apenas medio kilómetro de Santa ana la Real, en dirección a Jabugo, se encuentra la aldea llamada Fuente del oro. A mediados de los años sesenta vivían aún cuarenta vecinos, dedicados a la cría del cerdo y a labores agrícolas y recolectoras.
A sus alrededores crecen encinas y alcornoques en fincas donde se cría el cerdo ibérico. De hecho, una de las construcciones de mayor interés de la aldea son sus antiguas zahúrdas, que se conservan en buen estado de conservación.
Existen, en terrenos aledaños al caserío, fértiles huertas con árboles frutales. Éstas están regadas por la Fuente del oro, que ha compartido nombre y destino con la aldea. Situada al nivel del suelo, de ella se abastecían sus habitantes.
Similar a muchas de las fuentes que podemos encontrar en la sierra, la fuente, construida en piedra y ladrillo, distribuye el agua a una primera pila. De aquí a un abrevadero y, posteriormente, a dos canalizaciones que reparten el agua por las fincas y huertas antes mencionadas. Ejemplo de aprovechamiento respetuoso de los recursos, la fuente tenía triple funcionalidad: el consumo humano, el consumo animal y el riego. De este modo ni una sola gota de agua se desperdiciaba.