Cada primer fin de semana de mayo, en la pequeña localidad onubense de Berrocal, aflora un sentimiento latente durante todo el año: El rojo de la Cruz de Arriba y el verde de la Cruz de Abajo, el Gallo y la Serpiente, el Calvario y las Eras.
No en vano, la rivalidad y el afán de las cruces de lucir mejor que la otra es el elemento fundamental que da vitalidad a esta fiesta.
Los actos y tradiciones, presentes desde el siglo XV, son la mezcla perfecta de ritos paganos y católicos heredados con el paso de los siglos.
Cada “Bando” organiza su propia cruz, siguiendo idéntico ritual, pero a horas distintas y en su respectivo humilladero y ermita.
Romero, mulas ricamente ataviadas, banderas, coplas de pique, mozos y mozas comparten el protagonismo con sendas cruces provocando los vítores de la gente allá por donde pasan.
Declaradas como Bien de Interés Turístico Cultural de Andalucía en 1998, la Fiesta de la Santa Cruz se erige como el principal atractivo turístico y cultural de esta localidad.