Román Talero creó la empresa Santa Teresa de Electricidad con la idea de llevar la energía eléctrica a toda la comarca.
Corría el año mil novecientos dos y no fue fácil encontrar a los otros cuatro socios necesarios para hacer tamaña inversión.
Tenemos que imaginar una comarca atrasada en una ya, de por sí, España atrasada. El tejido económico apenas se reducía a la actividad agro-ganadera y de aprovechamiento de recursos.
Hace más de un siglo que para los habitantes de la zona el fruto de la ambición de estos emprendedores, el anhelo por llevar los avances a su tierra, significó un cambio de vida radical.
Aportó no sólo calidad de vida, sino que mejoró las condiciones laborales y de producción, así como una mejor atención sanitaria.
Hoy pocos se acuerdan de que este edificio de Santa Teresa abastecía de luz eléctrica a muchos pueblos de la comarca; de que en esta barriada de Jabugo, El Repilado, cercana a la línea de ferrocarril, se empezó el ilusionante camino de la prosperidad.
Finalmente, tras más de siete décadas de servicio se abandonó la producción. En mil novecientos ochenta la Compañía Sevillana de Electricidad, la actual Endesa, absorbió a Santa Teresa cerrando así la épica historia de unos hombres adelantados a su tiempo.