Es el fandango de Huelva un tesoro patrimonial de esta tierra nuestra.
Y dentro de este, el fandango santabarbero es uno de los más antiguos de la provincia, si no el que más.
Con él no solo se canta… se ríe, se llora, se ama y se odia… porque el fandango es una filosofía, una forma de vida.
Con múltiples tonalidades y mayor lentitud melismática, es decir, a la hora de subir o bajar la silaba musical cuando es cantada, da más libertad al cantaor para interpretar el compás del fandango.
Cantado en el trabajo, para rondar a muchachas o en las horas de descanso, no es difícil imaginar anocheceres en los que su sonido, procedente de tascas y mesones, inundaba las calles de Santa Bárbara de Casa.
Las jotillas surgieron, probablemente, de una mezcla entre los bailes primitivos autóctonos y los que trajeron los pastores riojanos que bajaban hasta Extremadura y más lejos.
La ropa de este baile difiere entra la del hombre y la de la mujer y se ha mantenido sin variación desde su origen, allá por el siglo XVI.
Al empezar el baile las parejas están enfadadas, reconciliándose después al acabar el mismo
Joyas únicas dentro del propio flamenco, deben ser protegidas y difundidas para que no se pierda en el olvido de los tiempos modernos.