A principios del siglo diecisiete Valverde no era más que un conjunto breve de calles y casas. Separado a estas vivía un eremita de hábito trinitario llamado Marcos y al que la gente ayudaba a cambio de oraciones
Con la epidemia de cólera que asolo Andalucía se decidió construir un lazareto separado dos mil pies de las casas del pueblo.
El buen eremita cuidó a los enfermos en las tres casas comunicadas que se construyeron y a las que llamaron Las Casas Solas, hoy una calle y conocida zona del pueblo.
En agradecimiento a este hombre bondadoso el pueblo decidió construir esta hermosa ermita en el primer tercio del dieciséis. El nombre de ermita de la Santísima Trinidad le viene dado por el hábito del monje y en la hornacina se colocó una imagen de San Marcos, pues así se llamaba.
Esta ermita, que llegó a tener capellán y culto permanente, tiene una sola nave rectangular abovedada que finaliza en el altar coronado por una cúpula. El tejado es de más de dos aguas y cimborrio. La fachada cuenta con una puerta de arco abocinado y frontispicio con imposta de ladrillos revocados. El único retablo, barroco, es de madera dorada presidida por hornacinas y, en una de estas, se encuentra San Marcos con su toro.