El importante crecimiento que sufrió el antiguo caserío agrícola del Campillo con la eclosión minera del siglo XIX, que al unirse con los barrios mineros del Campo nuevo formó la actual localidad, no afectó a Traslasierra.
Enclavada en una ladera de la Sierra del Arenal, esta aldea conserva aún el aire rural, con casas de piedra, fachadas encaladas y geranios en las ventanas, que le caracteriza desde hace siglos. Ganadería y agricultura han marcado le ritmo tranquilo y sosegado que aquí se respira.
Sus dos calles conducen al edificio más emblemático, una ermita de líneas sencillas y blanco inmaculado, salpicado por el color albero de sus ornamentos. La ermita, tan importante para una población rural y aislada, fue perdiendo importancia tras la construcción, en 1924, de la Iglesia de Santa María de Jesús en El Campillo, llegando a tener que compartir párroco.
Paulatinamente, dejaron de celebrarse actos religiosos, cayendo en desuso hasta que en la década de los setenta, durante la celebración de su modesta Romería de La Santa Cruz, se empezó a colocar en la Sacristía de la ermita una Simpecado y una cruz de madera que los aldeanos engalanaban con flores, macetas, mantones y colchas.