PatrimonioLos primeros repobladores del norte de España trajeron consigo sus creencias y costumbres. Como no podía ser menos, se prestaron rápido a construir templos en los asentamientos donde se iban quedando.
De principios del siglo XIV es la Ermita de Santa Brígida, desde donde se puede contemplar todo el valle del Múrtiga. Una portada de ladrillo en arco de medio punto da entrada a un pequeño recinto, en cuyo interior se puede contemplar un sorprendente retablo mayor de estilo churrigueresco, que contiene la imagen de la Santa Brígida. Coronando todo el conjunto se alza la sencilla espadaña de ladrillo que levanto a fines del siglo XIX el alarife local Rafael Romero.
Su Primer patrón fue San Ginés y a él le dedicaban una celebración que ha llegado intacta hasta nuestros días: el Huevo y el Bollo. Todos los Domingos de Resurrección se hacía una misa, una petición de alimentos y una puja en la falda del cerro donde se encuentra la ermita, llamado de Santa Brígida. Tras éstas se subía a la ermita y se hacía una función a San Ginés, seguido de un posterior almuerzo y fiesta en los alrededores de la misma. Actualmente no se procesiona a San Ginés, sino a Santa Brígida, pidiéndole protección para los cultivos.
También en sus entornos se representa, los fines de semana de diciembre, un concurrido Belén Viviente.
