Más de tres siglos contemplan las paredes blancas y el pequeño campanario que corona el edificio del antiguo Ayuntamiento de Villanueva de los Castillejos.
Testigo de cruentas batallas entre españoles y franceses y víctima del brutal azote del terremoto de Lisboa de 1755, el edificio, cuyo origen se data en el siglo XVII, ha resistido el paso del tiempo con entereza, albergando a día de hoy las dependencias policiales y otros servicios municipales.
Su singular construcción, con dos crujías en dos plantas, el reloj, los balcones con sus rejas negras y sus faroles, transportan al visitante como en una máquina del tiempo.
La pequeña plaza que lo franquea, con sus bancos de hierro negro y piedra, lo han convertido en centro neurálgico del pueblo, lugar donde el tiempo se detiene para disfrutar del aire limpio del Andévalo y de la reparadora luz del sol.