Blanden las espadas al viento los lanzaores en honor a San Sebastián, en irrompible cadena de mudanzas al compás de gaita y tamboril.
Se engalana Cabezas Rubias en enero y mayo para rendir cultos a su Patrón con reverencias en forma de danza.
Una tradición recuperada para realzar el encanto de unas fiestas y una devoción con siglos de antigüedad.
Danzan con destreza los lanzaores entre el guía y el ‘rabeaor’ por las calles del pueblo abriendo la procesión. Mudanzas sin descanso al final de la calle Rincón: la ola, el cruce en alto, la rosca y la cadena.
Y aún lo más emocionante: pasar por debajo de las andas para venerar, arrodillados frente al altar, al Santo Patrón San Sebastián.