PatrimonioReconquistadas las tierras de la sierra a los “moros” por parte de rey portugués Sancho II, prisa se dio el castellano Fernando III en avanzar para hacerlas suyas, tras el tratado de Badajoz de 1267. Empezaba así la historia de Santa Olalla de Cala, que hasta entonces había sido una pequeña aldea de paso para el comercio de minerales.
Los cristianos la hicieron fuerte con su castillo, bastión inexpugnable de la Banda Gallega, y fervorosa, con la construcción de una iglesia e incluso una sinagoga judía.
Pero de entre todos los vestigios del pasado ahora destacamos uno, que tímidamente ha visto pasar el tiempo sin llamar apenas la atención pero que, sin duda, es un elemento de una riqueza patrimonial increíble: el crucero renacentista de Santa Olalla de Cala.
Pocos como él podemos ver en la sierra e incluso en toda Andalucía. Situado en el camino que lleva al Castillo y a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, consta de una cruz de pedernal sobre columna balaustre plateresco y capitel genovés.
Tenía la Ruta de la Plata, que pasa por Santa Olalla, numerosos cruceros repartidos por su recorrido donde los peregrinos y fieles se paraban a rezar o a implorar el perdón de sus pecados.
Pero su historia no acabo hace tantos siglos, sino que siguió recogiendo anécdotas de los acontecimientos de su pueblo, aunque estos fueran tristes. Por ejemplo, podemos ver en él cascotes de las balas españolas y francesas durante la invasión napoleónica. Su estructura, mellada y hoyada por el pasado, no ha sido, por fortuna, nunca restaurada.
