Se trata de un pequeño templo del siglo dieciséis, con una sola nave.
Levantado en estilo mudéjar, en él destaca la sobriedad y la sencillez de las líneas de su fachada.
Pero la modestia no es óbice para tener una gran historia que contar.
En su interior se encontraron monedas acuñadas en la época de Ios Reyes Católicos.
El presbiterio está cubierto por una bóveda octogonal de trompas aveneradas que le confieren un carácter peculiar al conjunto.
Actualmente integrada en el núcleo urbano, en su día se situaba a las afueras de Lepe, en el cruce de caminos que unía Ayamonte con Sevilla.
Pero, aunque ha podido llegar hasta nuestros días y las acertadas restauraciones han recuperados los interesantes frescos de sus paredes, no todo en su pasado fue esplendor.
Fue matadero público desde finales del diecinueve hasta los años ochenta. Hoy, felizmente, está recuperada para su pueblo y las personas de fuera que quieran visitarla.