PatrimonioNo llegó a 186000 pesetas de 1929 el precio que tuvo que pagar el ayuntamiento de Calañas para que sus habitantes pudieran disponer de un moderno mercado de abastos.
El famoso arquitecto José María Pérez Carasa fue el encargado del proyecto de este edificio modernista, donde predomina el ladrillo y el azulejo, quizás uno de los más interesantes del patrimonio calañés.
Pero más allá de sus características técnicas y sus dimensiones, que en nada debía envidiar a las de otros edificios de las capitales, lo que de verdad importa es el modo en el que cambió la vida del calañés.
Ahora, para poder acceder a todo tipo de artículos, solamente debía dirigirse a un único centro. El comerciante veía así facilitada su labor reduciendo los costes en beneficio directo del consumidor. Este, por su parte, sabía que en el mercado de abastos tenía todos los productos al alcance de la mano.
Pronto empezaría, de este modo, a convertirse en un referente no sólo económico sino social. En su entorno y dentro de él se arremolinaba la gente pasando el rato, cerrando tratos o charlando entretenidamente con los vecinos.
Con los años y la proliferación de supermercados muchos tenderos se vieron obligados a echar el cierre relegando este edificio a laboras culturales para las que, involuntariamente, está perfectamente dotado.
